Liborio Méndez Zúñiga

El libro es un tratado sobre la vida rural española, una rigurosa descripción de la austera comunidad de un pueblo de Sierra Nevada, Yegen, gracias a la pluma de Gerald Brenan, un inglés que decidió vivir parte de su vida en un rincón del sur de España a principios del siglo pasado, entre 1920 y 1934.

Brenan es un observador acucioso de la vida cotidiana, desde el alba hasta el anochecer. Combina con esmero sus vivencias personales, las de su austero hogar y las del lugar donde habita, revelándose como un caminante contumaz al explorar otros pueblos de la región, oteando el mar, los valles y las montañas de la Alpujarra.

El libro pronto seduce al lector que no ha viajado a lo inhóspito y lo hace sentirse parte de la aventura. Deslumbra lo que logra el autor, siendo extranjero, al aventurarse a vivir en un ambiente de modos y costumbres distintos a su cuna inglesa, describiendo hogares recónditos, pero, sobre todo, adentrándose en el espíritu y la cultura de la comunidad campesina de Yegen.

La narrativa abreva en el conocimiento de varias materias: retoma datos históricos fundacionales y repasa la amalgama de asentamientos de romanos y árabes, cuya huella aún percibe Brenan, casi a dos mil metros sobre el nivel del mar Mediterráneo. Si bien podría decirse que Yegen fue una estación de trabajo y su laboratorio social, sus incursiones por los caminos y pueblos de la Alpujarra configuran un valioso mapa donde la vida animal y vegetal cobran protagonismo gracias a descripciones botánicas y zoológicas de naturalista experto.

Sin embargo, Brenan se revela como un observador aún más minucioso de la vida de las personas, familias y comunidades, hurgando en la forma y el fondo de la vida campesina, que pudiera parecer un remanso bucólico, solo asediado por los rigores de la altitud y el clima. Pero no hay tal: la gente vive y sufre los avatares de la condición humana, sujeta a ritos y costumbres ancestrales, como la brujería y otras reminiscencias de los primeros pobladores venidos de allende los mares.

Estas son apenas unas ideas para acometer una sosegada segunda lectura, al calor de la chimenea del próximo diciembre, ideal para volver a disfrutar Viaje a la Alpujarra, de la mano de Gerald Brenan, al tenor del cante jondo y de los tintos heredados de las vendimias de la Alpujarra.

Casa de Piedra, El Cielo.
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