¿Cuánto monóxido respiras hoy? El clima tiene la respuesta
Por : Mariela Estefanía Nava Vélez
Carla Patricia Saucedo Huidobro
La concentración de monóxido de carbono (CO) en el aire urbano no depende únicamente de la cantidad de emisiones generadas. Los factores meteorológicos desempeñan un papel fundamental en la dinámica de este contaminante, determinando en gran medida cuánto CO termina llegando a las vías respiratorias de la población (Xu et al., 2019).
El CO es un gas producto de la combustión incompleta de materiales que contienen carbono, emitido principalmente por el tráfico vehicular, la industria y la quema de biomasa (Molina y Molina, 2004). Una vez liberado a la atmósfera, su comportamiento está fuertemente condicionado por variables meteorológicas como la velocidad y dirección del viento, la estabilidad atmosférica y la humedad relativa (Xu et al., 2019).
El viento es uno de los factores que más influye en la dispersión horizontal del monóxido de carbono. Velocidades de viento elevadas favorecen la ventilación atmosférica y reducen las concentraciones locales de CO. En cambio, condiciones de calma o vientos débiles pueden propiciar la acumulación del contaminante en zonas urbanas densamente pobladas (Xu et al., 2019).
La estabilidad atmosférica, y en particular la presencia de capas de inversión térmica, limita la dispersión vertical del CO. Bajo estas condiciones, las emisiones quedan atrapadas en las capas inferiores de la atmósfera, elevando las concentraciones de CO a nivel del suelo, que es precisamente donde se produce la exposición humana (González et al., 2019).
La humedad relativa, aunque no afecta directamente la química del monóxido de carbono, sí interactúa con otros factores meteorológicos que modulan su concentración. En ambientes con alta humedad y baja ventilación, se facilita la acumulación de CO y de otros contaminantes en la atmósfera (Xu et al., 2019). Además, estas condiciones pueden influir en la percepción de la calidad del aire por parte de la población.
En ciudades costeras como Tampico, donde la humedad relativa es elevada durante gran parte del año, la combinación de alta humedad, vientos débiles y presencia de inversiones térmicas puede resultar en episodios de mala calidad del aire asociados al CO, particularmente durante las primeras horas del día y en condiciones de estabilidad atmosférica (González et al., 2019).
En conclusión, comprender cómo los factores meteorológicos influyen en la concentración de monóxido de carbono es esencial para anticipar episodios de riesgo para la salud. La gestión de la calidad del aire urbano debe considerar no solo la reducción de las emisiones, sino también la vigilancia continua de las condiciones atmosféricas que afectan la dispersión y acumulación de los contaminantes.
Referencias
González, M., Méndez, A., & Rangel, G. (2019). Emisión de precursores de ozono y calidad del aire en zonas urbanas. Revista Internacional de Contaminación Ambiental, 35(1), 51–60.
Molina, M. J., & Molina, L. T. (2004). Megacities and atmospheric pollution. Journal of the Air & Waste Management Association, 54(6), 644–680.
Xu, R., et al. (2019). Meteorological driving forces of PM2.5 in China: A review of data sources, characteristics, and mechanisms. Environmental International, 133, 105135.