No es solo polvo: así altera el ecosistema el material particulado presente en el aire

Por : Mariela Estefanía Nava Vélez
Carla Patricia Saucedo Huidobro

El material particulado (PM) que flota en el aire urbano es mucho más que un simple polvo. Se trata de una compleja mezcla de partículas sólidas y líquidas que, además de sus efectos en la salud humana, genera impactos significativos sobre el medio ambiente (Ukaogo et al., 2020).

El PM está compuesto por metales pesados, sales inorgánicas, compuestos orgánicos e incluso componentes biológicos (Piscitello et al., 2021; Marin-Palma et al., 2023). Su origen es diverso: procesos de combustión, emisiones industriales, polvo del suelo y aerosoles marinos, entre otros (Mészáros, 1999).

Una de las consecuencias más visibles del material particulado es la reducción de la visibilidad atmosférica. Las partículas dispersan y absorben la radiación solar, lo que genera opacidad en el aire y afecta la percepción del paisaje (DEFRA, 2021). Este fenómeno, además de su impacto visual, puede incidir en actividades como la aviación y el transporte.

El PM también actúa como núcleo de condensación, modificando la formación de nubes y alterando los patrones de precipitación (Campbell-Lendrum y Prüss-Ustün, 2019). Estos cambios en los ciclos hidrológicos pueden afectar la disponibilidad de agua y la dinámica de los ecosistemas.

La vegetación es particularmente vulnerable a la deposición de material particulado. Las partículas se depositan sobre las hojas, bloqueando los estomas y reduciendo la tasa de fotosíntesis (Guarin et al., 2019). Además, los compuestos tóxicos presentes en el PM, como metales pesados y compuestos acidificantes, generan estrés fisiológico en las plantas, afectando su crecimiento y productividad.

Los efectos no se limitan al entorno terrestre. La deposición de PM en cuerpos de agua contribuye a la acidificación y a la alteración de la química acuática, con impactos negativos sobre la biodiversidad y la salud de los ecosistemas acuáticos (Campbell-Lendrum y Prüss-Ustün, 2019).

Finalmente, ciertos componentes del PM, como el carbono negro, participan en el forzamiento radiativo, contribuyendo al calentamiento global (Habre et al., 2021). Este efecto amplifica los procesos de cambio climático, afectando los balances energéticos de la atmósfera.

El material particulado no es un contaminante inocuo. Su presencia en la atmósfera urbana tiene implicaciones complejas y de largo alcance sobre los ecosistemas. Comprender estos efectos es esencial para el desarrollo de políticas ambientales integrales que contemplen tanto la salud humana como la preservación ambiental.

Referencias

Campbell-Lendrum, D., & Prüss-Ustün, A. (2019). Climate change, air pollution and noncommunicable diseases. Bulletin of the World Health Organization, 97(2), 160–161.

DEFRA. (2021). Particulate matter in the UK: summary of evidence and policy options. Department for Environment, Food & Rural Affairs.

Guarin, J. R., Ramírez-Cando, L. J., & Galarza, E. (2019). Impacto del ozono troposférico en especies vegetales urbanas. Revista Ciencia y Tecnología Ambiente, 12(2), 45–59.

Habre, R., et al. (2021). Contributions of sources and chemical composition to the formation of PM2.5: a global perspective. Atmospheric Environment, 244, 117982.

Marin-Palma, D., et al. (2023). Chemical composition of urban PM10 and its health implications: recent advances. Environmental Science and Pollution Research, 30, 10113–10128.

Mészáros, E. (1999). Fundamentals of atmospheric aerosol chemistry. CRC Press.

Piscitello, A., et al. (2021). Heavy metals in urban air PM10: sources and health effects. Science of The Total Environment, 757, 143903.

Ukaogo, P. O., et al. (2020). Air pollution and its effects on human health: a comprehensive review. Environmental Science and Pollution Research, 27, 52669–52688.

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